No sabe cuánto tiempo permaneció de pie mirando el armario vacío. No era capaz de entender que ella comprendió que, por más que fuera de oro, una jaula no dejaba de ser una jaula, y que ni todo el dinero del mundo ni un cheque sin fondos tenían más peso que la libertad.
Microrrelato para el reto Escribir jugando de abril del blog de Lídia. Requisitos:
- Crea un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la carta.
- En tu creación debe aparecer algo relacionado con la imagen del dado: jaula..
Opcional: que aparezca en la historia algo relacionado con el cheque bancario.
Brutal, Luna. En tan pocas palabras y has sido capaz de sentenciar con ellas. Como siempre digo: las jaulas de oro solo son jaulas caras. Muy bien trabajo. Muchas gracias por tu aporte al desafío de este mes. Te mando un abrazote enorme 💜
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Y una jaula siempre conlleva privación de libertad… Muchas gracias, Lídia, un mes más. 🙂
¡Besotes!
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Una jaula de oro o una cárcel de oro, como dice la copla de Quintero, León y Quiroga, que cantaba Concha Piquer. Te ha quedado genial. Abrazos.
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Vengo de escuchar a Concha Piquer, no conocía la canción. 🙂
Muchas gracias, Raúl, ¡un abrazo!
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Micro-micro-micro… 53 palabras, que las he contado.
«El armario vacío»… una demoledora metáfora de «la persona amada que se fue», «el ave que voló», lo cual implícitamente alude a esas plumas.
«Mirando el armario vacío»… otra metáfora brutal: intentando entender, aceptar, encajar la realidad, el golpe.
La jaula dorada… la casa en sí misma.
Creo que te ha quedado extraordinariamente metafórico. Muy cierto y real como la vida misma. De hecho me ha hecho pensar en la vida de la actriz Hedy Lamarr, que abandonó a su primer marido, que la tenía presa en una lujosa mansión (creo en Austria) antes de irse a los EE. UU.
Muy bueno.
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¡Muchas gracias!
Pues así tal cual me salió. Otras veces tengo que andar recortando.
Lo del armario vacío igual es muy socorrido, sobre todo en vídeo, pero como dices, es tan gráfico.
Con la jaula de oro no me refería a la casa en sí, sino al tipo de relación. Son rejas mentales, no físicas, que es mucho peor… Ese tipo de relación en la que te dan «todo» pero a la vez te absorben, no sé si me explico.
Un abrazo 🙂
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Sí, por supuesto que te explicas: posesividad, control, celos, toxicidad, desconfianza…
Un abrazo.
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Un texto chulísimo, como siempre, Uxue. De oro o no, una jaula no deja de ser jaula. Pese a ello, no todo el mundo es capaz de abandonar la seguridad de una jaula…
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¡Muchas gracias! Primero hay que ser capaz de darse cuenta de que se está en la jaula, que no es poco, y luego, lo que dices, ser capaz de salir…
Besotes 🙂
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